lunes, 4 de junio de 2012

Acabados


1. Partido


Proceso

El partido o corte natural es un acabado que, en esencia, se consigue por el mismo procedimiento que el lajado, pero en este caso se aplica a rocas no lajosas, más masivas.
Se puede realizar de forma manual, con el empleo de mazas y cuñas que van produciendo una muesca o hendidura hasta que el bloque de piedra se parte en dos. También se lleva a cabo la operación con máquinas hidráulicas que rompen la piedra mediante la presión de unas cuñas alineadas.
El corte se suele producir aprovechando algún plano de debilidad de la roca, como son las orientaciones minerales en el caso de los granitos.



Aspecto proporcionado

La roca queda con su superficie sin otro retrabajo, lo que da una apariencia totalmente natural.
El relieve es más acentuado, irregular y rugoso que en el caso de las piedras que lajan, presentándose protuberancias y entrantes de varios milímetros que definen una superficie más o menos plana.
Es el método empleado en la confección de adoquines y otras piezas destinadas al levantamiento de muros.



2. Cortado


Proceso

Se realiza al cortar las piezas o bloques de piedra mecánicamente con cortabloques o discos. Lo encontramos básicamente en casi todas las piedras de cantería.
Suele ser un proceso previo a posteriores tratamientos superficiales, aunque también se utilizan directamente piezas provenientes del corte.


Aspecto proporcionado

La operación de cortar con discos (casi siempre de pastillas diamantadas) infiere a la superficie rocosa una ligeras marcas consistentes en surcos y ondulaciones (0,1-1 mm de profundidad) que siguen direcciones curvas paralelas. No obstante, a pesar de esa posible ligera rugosidad, la cara es muy plana y a veces totalmente lisa pero algo áspera.
Estas superficies mates y algo ásperas proporcionan a la piedra un tono claro.
Su uso generalmente se restringe a piezas de amueblamiento urbano, enlosados de espacios abiertos y trabajos similares.


3. Serrado


Proceso

Es la terminación superficial que proporcionan a los tableros los telares de flejes (de acero o diamante) o las sierras mono o multilama que se emplean para cortar los bloques de piedra (generalmente granitos en bloque y alguna piedra de cantería).
Esta operación, de serrado de bloques para la obtención de las tablas, casi siempre es un paso previo a otras terminaciones superficiales.


Aspecto proporcionado

La acción de serrar la piedra deja la superficie muy plana, bastante lisa, pero ciertamente áspera, notándose ligeros surcos y ondulaciones paralelos y rectos (siguiendo la dirección de aserrado) de alrededor de 0,1 – 1 mm de profundidad. Sin embargo hoy en día hay telares que dejan las superficies muy lisas.
Así, la piedra queda mate de tono claro y se resalta la procedencia natural del material.



4. Lajado


Proceso

Se suele llevar a cabo de forma natural, mediante anchos cinceles, cuñas u otras herramientas, usadas para separar las placas o lajas por los planos marcados por la esquistosidad o estratificación, según los casos, como si de abrir un libro se tratase.
También puede efectuarse esta operación de forma mecánica con máquinas que poseen unas cuchillas o cuñas hidráulicas.
Es la terminación que admiten las rocas pizarrosas y otras con marcada foliación. Se emplea siempre en las pizarras y piedras de cantería tableadas, como las cuarcitas y algunas areniscas.


Aspecto proporcionado

Al no trabajarse la superficie de la roca, el lajado muestra su aspecto natural, con su relieve irregular. De todas formas la pieza queda bastante plana, aunque no tanto como con otros acabados. Si la superficie de lajado obedece a la presencia de minerales micáceos estos confieren a la superficie un brillo característico y, si se corresponde con una esquistosidad, el plano es algo fibroso. Las cuarcitas y areniscas ofrecen superficies planas más o menos rugosas con algún pequeño escalón.



5. Raspado


Proceso

Generalmente se lleva a cabo en piedras con superficies no muy compactas, algo deleznable al tacto, como es el caso de ciertas areniscas.
Tras el corte de la pieza se procede a un alisado final de la cara visible mediante un útil manual que elimine los pequeños resaltes producidos por los elementos de corte, como puede ser algún tipo de rascador o sistema de lijado. También se realiza mecánicamente con máquinas con cabeza abrasiva rotatoria.


Aspecto proporcionado

La superficie de la cara queda totalmente plana, lisa y de aspecto muy natural y uniforme, sin ningún relieve, ni raya.
Es la máxima suavidad superficial que admiten las areniscas blandas, poco cementadas. Estas rocas suelen comercializarse así, al ser un tratamiento sencillo.



6. Pulido


Proceso

Es el tratamiento más conocido y frecuente de la superficie de tableros de mármoles y granitos, que son las rocas que poseen el suficiente grado de cristalinidad necesario, constituyendo la última parte del proceso del progresivo alisamiento con abrasivos a que se someten estos materiales, cuyo objeto es la consecución del brillo.
Se utilizan sucesivamente abrasivos de grano progresivamente decreciente. Las máquinas más habituales constan de varios brazos con cabezas de muelas abrasivas que giran con movimientos de rotación y traslación pendular sobre bancos fijos a lo largo de la cadena del proceso.
Manualmente sólo se pulen pequeñas superficies, como objetos, molduras, etc.


Aspecto proporcionado

Se consigue una superficie lisa, plana, brillante y reflejante sin ningún tipo de raya o arañazo visible. Este procedimiento, además de proporcionar unas características estéticas específicas, contribuye a dejar una porosidad cerrada y a dotar al material de una gran resistencia a las agresiones externas.
El pulido resalta espectacularmente el aspecto de la roca, observándose claramente su textura y colores.
El tono que se obtiene es más oscuro que el logrado con otros tratamientos superficiales.




7. Flameado


Proceso

Consiste en un tratamiento térmico a alta temperatura de la superficie de rocas graníticas, aplicando sucesivas pasadas de una llama con 45º de inclinación, mediante mecheros, sencillos o múltiples, de oxiacetileno que consiguen unos 2.800 ºC.
Se suele aplicar exclusivamente a tablas de granitos procedentes de los telares, que pasan por la mesa en la que se aplica este proceso a las caras superiores. Solamente se aplica a grandes superficies, no a bordes ni ángulos.
Al paso de la llama sobre las superficies planas de las tablas serradas, se produce un shock térmico en los minerales, que decrepitan y se desprenden finas esquirlas y lajillas de los cristales.


Aspecto proporcionado

El resultado obtenido es una superficie con cierto relieve, rugosa, algo craterizada y vítrea, que proporciona un aspecto rústico al granito, aunque sin cambio apreciable de color ni presencia de manchas o restos que denoten el tratamiento.
Se consigue así mismo, un aumento en la estabilidad de la cara a la alteración química atmosférica.




8. Apomazado


Proceso

Se sigue un tratamiento similar al del pulido, pero sin llegar a conseguirse brillo, utilizándose sucesivamente abrasivos de grano progresivamente decreciente, no empleando los del grano más fino.
Las máquinas empleadas suelen constar de varios brazos con cabezas con muelas abrasivas que giran con movimientos de rotación y traslación pendular sobre bancos fijos, a lo largo de la cadena del proceso.
Para pequeñas superficies se efectúa manualmente por medio de muelas mecánicas con abrasivo.
Se lleva a cabo en rocas que necesariamente deben poseer cierta compacidad y dureza, pero que no suelen admitir el pulido.


Aspecto proporcionado

Se consiguen superficies planas, lisas, mates y sin ninguna marca visible.
El tono proporcionado es más oscuro que con otras terminaciones excepto la del pulido. Así mismo, se resaltan mucho la textura y los colores.
Se suelen emplear en piedras que no admiten pulido por no llegar al grado de cristalización necesaria, caso de muchas calizas.



9. Apiconado


Proceso

Se realiza sobre una superficie previamente aplanada, generalmente proveniente del corte de disco, corte natural o serrado, sobre la que se producen unas incisiones alargadas paralelas mediante el golpeo con una pica o puntero.
Suele ser un trabajo manual, aunque también se efectúa mecánicamente con herramientas que poseen varios dientes de acero.
Se aplica especialmente en las piedras de cantería, aunque lo admiten todas las rocas, siendo las más indicadas las no excesivamente duras.


Aspecto proporcionado

La superficie de la piedra presenta unas muescas o incisiones alargadas, que proporcionan a la pieza rocosa un aspecto muy rústico, algo tosco, como puede constatarse en muchos edificios antiguos.
Estas incisiones suelen seguir orientaciones paralelas entre sí en una dirección determinada.
La forma de las muescas es la de un triángulo isósceles de lados iguales muy largos siendo la incisión más profunda en el extremo del lado de menor desarrollo.
El tono conseguido es un jaspeado más claro coincidente con las muescas.



10. Abujardado


Proceso

Es una antigua forma de tratamiento superficial de todos los materiales pétreos para revestimientos de exteriores y otros trabajos artesanales y uno de los efectuados manualmente más utilizados. También se conoce por labrado.
La superficie de la roca, previamente aplanada, se golpea repetidamente con un martillo (bujarda) con una o dos cabezas de acero que contienen pequeños dientes piramidales.
Hoy en día todavía se utiliza la bujarda manual, aunque la más empleadas son la neumáticas, bien sencillas o automáticas, en las que las cabezas se van desplazando sobre la superficie de la roca.
Se emplean frecuentemente en pavimentos exteriores por su característica de antideslizante.






 Aspecto proporcionado

La superficie tratada presenta pequeños cráteres de 1 -3 mm de profundidad y anchura uniformemente repartidos, que aclaran el tono general de la roca. El tamaño y densidad del punteado depende además de la fuerza empleada, ya sea gruesa, media o fina.
En bujardas manuales se suelen emplear cabezas de 16-36 y de 49-64 dientes (dos muy utilizadas son las de 25 y 49 dientes).
En cabezas neumáticas se suelen emplear de 8 o de 25 dientes.












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